La medicina estética se alía con los ultrasonidos para paliar los signos de envejecimiento facial sin emplear cirugía. Estos sonidos, cuya emisión no es perceptible para el oído humano, tienen la capacidad de actuar en las capas más profundas de la piel.
Aquellas personas que busquen la prevención o la corrección de la caída de los tejidos en el rostro y en el cuello o que deseen mejorar la piel del escote pueden optar por este procedimiento, señala el especialista, quien añade que “también puede usarse para mantener los resultados de un lifting facial o cervical”.
Desde Aeslight sostienen que es un procedimiento ideal para los pacientes con flacidez moderada. Sus principales aplicaciones son:
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Tensar la línea mandibular y el cuello
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Elevación de cejas
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Eliminación de las arrugas del escote
- Mejorar las bolsas de los párpados
Los resultados de esta tecnología derivan de la estimulación del colágeno de forma natural; el tratamiento, que se puede realizar en cualquier época del año, actúa en las capas profundas de la piel dónde se encuentra esta proteína eternamente vinculada a la juventud; todo ello sin perjuicio de la parte superficial.
El experto apunta como principal ventaja de esta técnica que “los ultrasonidos focalizados usados alcanzan la temperatura óptima de calentamiento de la piel, que estimula la producción de nuevas fibras de colágeno”.
Y añade, es la única técnica no invasiva aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para elevación no quirúrgica de cara y cuello, llegando a profundidades de 4.5 mm en los tejidos tratados, hecho que no pueden conseguir el resto de tecnologías.